La Familia Hispana, Transmisora de la fe
Soy mexicana, la hija mayor de Roberto y Rosa Garcia. Mis padres han sido las personas que más me han influenciado. Dentro de mi familia asimile la importancia de las relaciones, la vida familiar, la comunidad, la fe, la cultura y las tradiciones. Mis padres me enseñaron valores específicos cristianos y de ética humana. El ser miembro de esta familia Hispana me dio una identidad única.
En mi familia, la fe católica tuvo un lugar central. Crecí con las expresiones de fe de la religiosidad popular. De mis padres, aprendí la devoción a la Virgen de Guadalupe, la celebración de las posadas, el viacrucis, como vivir la cuaresma, la importancia de los sacramentos, el ir a la confesión y a la comunión frecuentemente, a confiar en la misericordia de Dios, y a ser agradecida por sus bendiciones. Muy temprano en mi niñez aprendí a rezar. Entre rezando el rosario, las visitas al santísimo los primeros viernes, el asistir a misa los domingo desarrolle una relación cercana con la Santísima Trinidad. De mi madre, aprendí la importancia de tener un altar en mi hogar con símbolos católicos, que hacen visible la presencia de Dios para mi familia.
Muchos de ustedes han tenido la misma experiencia: que nuestra familia ha sido el lugar propio para la proclamación de Cristo. En general, la familia hispana Católica tiene un instinto natural para transmitir la fe y los valores cristianos. Los invito a embarcarse en una reflexión sobre su propia experiencia de fe, para encontrar los hilos comunes y la identidad que es única de cada uno.
La mayoría de los hispanos no sabemos mucho de las raíces de nuestra fe, la biblia, los documentos de la Iglesia Católica; sin embargo, por siglos, la fe nos ha acompañado través de diferentes momentos históricos: la conquista, los cristeros, una fuerte fe mariana, y la fe tejida en los eventos de la vida diaria. Sabemos que la fe viene de Dios; es un don gratuito; un regalo de su inmenso amor y misericordia hacia nosotros. Nuestra tarea es fomentar y acrecentar la fe recibida.
En general la familia hispana vive su fe con confianza y abandonamiento en Dios –esto hace posible la transmisión de la fe. ¿Cómo sucede esto? A continuación voy a proponer algunas respuestas a esta pregunta.
La familia hispana:
- Tiene un sentido de esperanza, acompañamiento y encuentro – Esto se ve en el fervor de las peregrinaciones… Hay cantos que expresan esto como Santa Maria del Camino, Caminaré, Juntos como hermanos; y más. Creemos que estamos en el camino, y entendemos que esta vida no es nuestro destino.
- Vive el sufrimiento con esperanza y como medio para su salvación. Demuestra confianza en la providencia de Dios con un sentido de dependencia en su misericordia.
- Tiene una espiritualidad Mariana muy profunda. Un fuerte sentido del amor maternal de Dios a través de Maria. María es considerada madre y el camino para llegar a Jesús.
- Utiliza la religiosidad popular como medio para expresar la fe a través de las novenas, los rosarios, las bendiciones cotidianas, las mandas, las peregrinaciones, los rituales, etc. – expresiones que dan vida y fortalecen la fe.
- Confía en los santos y pide su intercesión.
- Ora por los fieles difuntos y los conserva en la mente y el corazón.
- Ejercita una fuerte estima por la familia, incluyendo la familia extensa. Fomenta el valor y respeto por la comunidad, aspecto muy importante de nuestra fe católica.
- Tiene un gran sentido de celebración – ¡Celebrando aun la muerte!
- Teje la fe en la tela de la vida que incluye el pasado, el presente y el futuro. ¡Dios es el centro de toda la vida!
Estos signos de fe y esperanza son muy valiosos y se deben cuidar y fomentar. De no hacerlo corremos el riesgo de perder nuestra fe. Hoy, los líderes catequéticos tenemos muchas preocupación sobre cómo apoyar a las familias a preservar la fe de una manera intencional, en un país donde carecemos de aquello que apoyaba la fe en nuestro país de origen: el ambiente, los parientes cercanos, la iglesia del vecindario, las tradiciones, las expresiones de fe cotidianas, etc.
Es importantísimo, el darnos cuenta que la transmisión de la fe en nuestras familias requiere de esfuerzos intencionados. Más que nunca, es esencial que los niños y jóvenes vean a sus padres estudiar y practicar su fe regularmente. De no hacerlo, poco a poco iremos perdiendo terreno y nuestros hijos y nietos dejarán de ser Católicos o no practicarán su fe. ¡El recibir los sacramentos no basta, nuestra fe debe ser integrada en nuestro diario vivir! ¡Con ánimo, comprometámonos a seguir siendo transmisores de la fe!
Reflexión:
A las familias:
¿Qué retos enfrenta mi familia para transmitir la fe? ¿Qué pasos específicos debo tomar para asegurar que mi familia continuara transmitiendo la fe a las siguientes generaciones?
A líderes catequéticos:
¿Cómo la catequesis sacramental y sistemática apoya a las familias? ¿Qué recursos y estrategias prácticas están disponibles para apoyar y equipar a los padres en su tarea de catequizar?
Para más información visite su parroquia o www.catechetical@sbdiocese.org
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